miércoles, 29 de octubre de 2008

El pensamiento lateral

Cuántas veces en nuestras actividades diarias se nos han presentado problemas que en apariencia son insolubles, no contienen la información suficiente para poder llegar a una solución o si llegamos a ella creemos que es la única posible.

Destilería Clear CreekNuestro primer impulso es enfrentar los problemas basándonos en estereotipos,
usando información pasada que en algún momento pudo haber sido valiosa o correcta y que creemos que necesariamente debería serlo en esta nueva situación. En nuestra búsqueda de alternativas tendemos a considerar sólo aquéllos enfoques que tienen cierto sentido común, cierta obviedad, cierta lógica según nuestro modo natural de pensar.


Y así podemos pasarnos un buen rato devanándonos los sesos tratando de encontrarle la cuadratura al círculo, y montamos nuestro pensamiento en un burrito que nos conduce por una línea tan estrecha que cuando ésta llega a su final ya no hay forma de avanzar. Entoneces, cuando nuestro camino de pensamiento lógico se agota, intuimos que se necesita avanzar desde otro lugar, desde una dirección completamente distinta.

Y a partir de ahí, si aún no nos hemos dado por vencidos, comenzamos a explorar alternativas reordenando la información disponible, buscando el mayor número posible de enfoques, incluso aquéllos que nos parecían ridículos o carentes de sentido común, aceptamos ahora que lo obvio ya no es tan obvio y que los prejuicios sólo nos estorban pues nos hicieron asumir casi sin darnos cuenta presunciones acerca de la situación que pueden resultar falsas..


Entonces descubrimos que no solamente hemos llegado a una solución satisfactoria al problema sino que han surgido de nuestro pensamiento diversas soluciones posibles, todas ellas campo virgen para ser posteriormente exploradas. Es el momento glorioso cuando finalmente al acceder a la respuesta uno se pregunta "cómo no se me ocurrió antes”.Descubrimos que cualquier modo de valorar una situación es sólo uno de los muchos modos posibles de valorarla. Pues resulta que éste es el primer principio básico del llamado Pensamiento Lateral, término acuñado por Edward de Bono en los años 70’s.

Edward De Bono es el gurú máximo de creatividad empresarial en el mundo. Sus conferencias se dictan por el mundo entero tanto sea en claustros académicos como en reductos empresariales o ámbitos educativos. Ya nadie duda de la importancia de la creatividad como activo diferenciador en los tiempos actuales. Pero, ¿qué dicen de cuando De Bono comenzó con su predica allá por los 70?

¿Por qué habría de asustar un sombrero? El PrincipitoEl pensamiento lateral no es más que un camino de escape a la forma de pensar tan tradicional, tan enquistada que no nos deja ver otras opciones que las mismas que ve todo el mundo. Es un vuelo cerebral hacia nuevas oportunidades.Dice De Bono en una de sus conceptualizaciones básicas (a su vez su mayor contribución):

“...para poder hacer pleno uso de la creatividad es preciso extirparle el halo místico y considerarla como un modo de emplear la mente y manejar la información.
Tal es la función del Pensamiento lateral."


Entonces la mayor contribución de Edward de Bono no es aportar un camino metodológico para aproximarse a la creatividad (aunque no sea poca cosa) sino difundir hasta el cansancio, hasta convencer a cientos de miles de personas que dentro de sus estructuras cognitivas hay espacio para la creación original.

...dibujé entonces el interior de la serpiente boa a fin de que las personas grandes pudieran comprender. Siempre necesitan explicaciones...El pensamiento lateral está estrechamente relacionado con la percepción. Por medio de él, tratamos de proponer diferentes puntos de vista a la hora de enfocar una situación. Todos los puntos de vista son correctos y pueden coexistir. El pensamiento lateral, al igual que la percepción, se relaciona con la exploración de la situación.

Tanto la innovación como la creatividad requieren la utilización del pensamiento lateral. Es preferible que alguna de las ideas sea errónea, que no llegar a ninguna idea creadora. Por todo esto, entendemos el pensamiento lateral como una herramienta para recapacitar sobre los problemas más que para solucionarlos directamente.

Son cuatro las principales funciones a desarrollar en el pensamiento lateral:
  1. Explorar.
    • Escuchar y aceptar otros puntos de vista.
    • Buscar alternativas.

  2. Estimular:
    • Promover el uso de la fantasía.
    • Estimular el humor.

  3. Liberar:
    • Introducir discontinuidad.
    • Escapar de ideas preestablecidas

  4. Contrarrestar la rigidez:
    • Evitar dogmatismos.
    • Oponerse a una sola manera de ver las cosas.
El pensamiento lateral no es una receta mágica, sino una herramienta para resolver el tipo de problemas que suele presentársenos con mucha frecuencia en la vida real, es una excelente alternativa ante “bloqueos” o situaciones que demandan una visión amplia de todos sus aspectos.

A falta de sartén...Puede parecer que el cultivo y el uso del pensamiento lateral se hace en detrimento del pensamiento lógico (también llamado pensamiento vertical). No es así. Ambos procesos son complementarios.

El pensamiento lateral es útil para generar ideas y nuevos modos de ver las cosas y el pensamiento lógico es necesario para su subsiguiente enjuiciamiento y su puesta en práctica.


El pensamiento lateral aumenta la eficacia del pensamiento lógico al poner a su disposición un gran número de ideas de las que aquél puede seleccionar las más adecuadas. El pensamiento lateral es útil sólo en la fase creadora de las ideas y de los nuevos enfoques de problemas y situaciones. Su selección y elaboración final corresponden al pensamiento lógico.

El pensamiento lógico es de utilidad constante mientras que el pensamiento lateral es necesario sólo en ocasiones en las cuales el pensamiento lógico no constituye el mejor mecanismo.

He aquí un típico caso de pensamiento lateral:
Hace muchos años, cuando una persona podía ser encarcelada por deudas, un comerciante de Londres tuvo la desgracia de deber una gran suma a un prestamista. A éste, que era viejo y feo, le gustaba la hermosa hija adolescente del comerciante, y por ello planteó la solución siguiente: cancelar la deuda a cambio de la hija.

Tanto el comerciante como su hija se horrorizaron ante la propuesta. Entonces el astuto prestamista propuso que la Providencia decidiera. Les dijo que pondría una piedra negra y otra blanca en una bolsa vacía, y que la niña tendría que sacar una de ellas. Si sacaba la negra, se convertiría en su esposa y la deuda quedaría cancelada. Si tomaba la blanca, permanecería con su padre, y la deuda también se cancelaría. Pero si se negaba a extraer una piedra, el padre iría a la cárcel y ella se moriría de hambre.

El padre aceptó de mala gana. Estaban en un camino del jardín del comerciante y el prestamista se agachó a recoger las dos piedras. Mientras lo hacía, la niña, con la vista aguzada por el temor, notó que tomaba dos piedras negras y las metía en la bolsa. Luego le pidió a la muchacha que sacara la piedra que decidiría su destino y el de su padre.

¿Qué habría hecho usted si hubiera estado en el lugar de la desdichada niña?
Si tuviera que aconsejarle, ¿qué le recomendaría?

¿Qué razonamientos usaría usted para resolver el problema?

Tal vez crea que, de existir una solución, un análisis lógico cuidadoso permita encontrarla.

Según la lógica existen tres posibilidades:
  1. La muchacha debe negarse a sacar una piedra.
  2. Debe mostrar que hay dos piedras negras en la bolsa y revelar la trampa del prestamista.
  3. Debe sacar una piedra y sacrificarse para salvar a su padre de la prisión.
Ninguna de estas sugerencias es de gran ayuda, pues si la niña no saca una piedra el padre va a la cárcel y si lo hace, tiene que casarse con e prestamista.

En este caso, el pensamiento «vertical» o lógico está preocupado por el hecho de que la muchacha debe extraer una piedra y adopta el punto de vista más razonable en esa situación, y luego procede a examinarla lógica y cuidadosamente. El cambio, el pensamiento «lateral» se preocupa por la piedra que queda y tiende a investigar todas las distintas soluciones. La muchacha del cuento de las piedras metió la mano en la bolsa y extrajo una piedra. Sin mirarla, la dejó caer sobre el camino, donde inmediatamente se perdió entre las otras.

«Qué torpeza de mi parte —dijo— pero no se preocupen:
si miran en la bolsa podrán decir qué piedra saqué por el color de la que queda.»


Como por supuesto, la piedra que queda es negra, cabe suponer que tomó la blanca, y el prestamista no se atreverá a admitir su deshonestidad. Así, al emplear el pensamiento lateral, la muchacha convierte lo que parecía una situación imposible en otra sumamente ventajosa. En realidad, está en mejor posición que si el prestamista hubiera sido honesto y hubiera puesto una piedra negra y otra blanca en la bolsa, pues entonces habría tenido sólo un 50% de posibilidades de salvarse. Ahora tiene la seguridad de permanecer con su padre y al mismo tiempo de cancelar la deuda.

Sólo unas pocas personas poseen una aptitud natural para el pensamiento lateral, pero todos podemos desarrollar cierta capacidad si nos dedicamos deliberadamente a hacerlo. La educación ortodoxa generalmente no hace nada por fomentar el hábito del pensamiento lateral y lo inhibe a través de la necesidad de conformarse a los sucesivos moldes de examen.

El pensamiento lateral puede aprenderse y aplicarse para nuestro provecho. Es una actitud y un hábito mental. Es cuestión de toma de conciencia y de práctica; no de revelación.

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